1. Actualiza tu sistema operativo

Muy importante. Tu sistema operativo es la base en la que corren todas tus aplicaciones. Si éste tiene problemas, ten por seguro que tus aplicaciones las tendrán. Problemas de incompatibilidad o infecciones de virus pueden evitarse teniendo un sistema operativo actualizado. 

2. Actualiza los drivers

Siguiendo por la misma linea, es posible encontrarnos con problemas debido a drivers desfasados que no saben interactuar con software actualizado. Recuerda que los drivers siempre debes descargarlos de la página web oficial del fabricante.

3. Actualiza tu software útil

Muy similar a los puntos anteriores. Si tu software no está actualizado, te puedes encontrar con bugs ya solventados en la última versión, incompatibilidades con otros productos ya soportadas o problemas de seguridad ya parcheados que pueden poner en compromiso una estación de trabajo o toda la red.

4. Elimina el software innecesario

Disponer de programas que ya no se utilizan en las máquinas pueden implicar un problema, ya no sólo por el espacio en disco innecesario que consumen, sino porque debido a su desuso, probablemente no nos estemos preocupando de actualizarlo y puedan llegar a dar diferente tipo de problemas especialmente si es software que se ejecuta automáticamente al inicio.

5. Antivirus actualizado y configurado

Dependiendo de la situación, se podría definir esto como “activo” (eliminar un virus ya existente) más que “preventivo”, pero sigue siendo muy importante. Un antivirus actualizado, configurado para hacer scans periódicos y con un escaneo activo de la información que gestiona el usuario en ese momento nos puede evitar muchos quebraderos de cabeza. Ten muy en cuenta el tipo de antivirus y las prestaciones de hardware de la máquina, o la medicina será peor que la enfermedad.

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